Jean Catreypan
Al arribo del siglo 21, una cosecha jamás antes vista, brota entre los surcos
de sandias, bajo el celeste cielo de la comuna de Paine. Son guitarras
eléctricas que brotan del barro, haciendo brillar cuerdas y clavijas al sol.
De inmediato entre los álamos, aparece un escuadrón de jóvenes de esa
generación, para desenterrar sus guitarras emergidas de la tierra.
Herederos del trabajo duro de sus ancestros peones...De la sangre y el dolor
sepultado bajo pactos secretos, o de la imposición del silencio...Toman las armas
que usarán para remecer el valle, para arruinar la siesta de quienes
mantuvieron silenciado a su pueblo natal por tantos años.
.
A diferencia de lo que pudiera pensarse sobre una comuna rural, emplazada
en el extremo sur de la región Metropolitana, la música hecha en Paine, tanto
el rock como otros estilos, alcanza un importante desarrollo durante la década
2000 y la siguiente.
Desde fines de los 90 surgen bandas como REBELIÓN, S.I.A. o 1810, que logran
crear una escena en bares y sedes sociales, junto con editar una buena cantidad
de discos.
Con la llegada del siglo 21, los mismos rockeros, junto a artistas de la
comuna, se unen para crear un movimiento que logaría ser crucial en el
desarrollo cultural local, mucho más
allá del rock.
Agrupados en la Corporación juvenil de Paine (CJP), se instalan en el
antiguo teatro de la comuna, transformando el abandonado inmueble en un espacio
dinámico y creativo, a través de talleres artísticos y la realización de
eventos.
Su audacia desafía a la administración local de la época y le dobla la mano
con propuestas concretas y sólidas.
El chirrear de sus nuevos acordes hace crecer en la comunidad painina, la
posibilidad comprobable de gestar expresiones culturales desde la organización
social. Como una enorme sandia en cada corazón, esta energía creativa crece
hasta explosionar en mil pedazos,
estallido que genera nuevas y mejores ideas en los años siguientes.
El espectro rockero de Paine se amplía con bandas como KICK ASS (2000),
KEMA (2007), o SANS CULOTTES (2008), TÓXICOS (2006 – 2008), KINEN,
RESTRINGIDOS, etc. Sus sonidos van desde el metal al rock más pop, junto al
folklore, que la banda 1810 y otros cantautores, mezclaran con el punk rock.
Sobre esta base organizativa, rockera y cultural, creada en el teatro y
luego la sede de la CJP, surgirán iniciativas de memoria y Derechos Humanos enfocadas
a la posterior creación del Parque Memorial Paine.
En la década siguiente, estos y otros nuevos artistas, liderarán la unidad
de los Paininos, esta vez en torno al conflicto ambiental con la empresa CCU.
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